Esta fiesta se representa durante el último fin de semana de agosto y el primero de septiembre, tiene un marcado carácter histórico, pues recrea y revive las guerras cántabras que tuvieron lugar a finales del siglo I a.c de las tropas romanas contra las tribus cántabras.
Cuenta con la participación activa de unas 1800 personas, las cuales se dividen en trece tribus cántabras ( entre las que se encuentran Blendios, Concanos o Avariginios por ejemplo) y trece legiones romanas.
Los escenarios son dos el llamado Circo Máximo donde se recrean batallas, hechos históricos, una boda cántabras, la rebelión de los esclavos, la entrega del fuego, hasta un entierro típico cántabro y el Campamento donde se puede ver mejor la forma de vida de ambos bandos.
Este año se celebra la edición décimo octava y desde 2008 esta festividad esta considerada de interés turístico nacional.
Desde luego he disfrutado mucho hablando con los festeros y tomando algo con ellos sobretodo por las noches, también fue un placer encontrarme con colegas como Txen y Maya dos habituales de esta fiesta y como no fotografiando a estos personajes descendientes del mítico Corocotta.
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