No hay fiesta que se precie que no cuente con sus "ferias" para diversión de jóvenes y mayores, con sus atracciones, tómbolas y puestos. Dar una vuelta por estos recintos feriales es sumergirse en un mundo de ruidos, luces, aromas, gritos y risas, donde no pueden faltar ni la noria, ni los autos de choque, ni las casas del terror y un sin fin de atracciones para soltar toda la adrenalina.
Tengo que reconocer que siempre que se me presenta la ocasión no puedo evitar dar una vuelta cámara en mano por este mundo de diversión y sensaciones.
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